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jueves, 16 de octubre de 2014

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"we don´t look for heaven and we put first the love"

Él
Llegó al Sixth Station y llegaba tarde a la noche y al concierto de la sirena. Llevaba un vestido de fiesta, ése que conocí la primera vez que conocí su muslo. Tenía el pelo liso, pero hacía locuras con él. Debería odiar a Marina porque ella es de ésas que hablan de una vida que no tienen. Pero joder, qué bien me creí el juego.
Me gusta gustarle a los hombres mayores.
Y lo consigue como pocas veces se consigue. A Marina la vi en el bar de debajo de la casa de Coca. Ese cabrón tenía tatuado a Hendrix. Es impresionante como una niña puede ser tan cruel. Ésa noche no tuvimos sexo. Fue el tonteo de siempre, me pago el vaso y la veo. La miro porque de verdad hay que mirarla. Hay seres que no son humanos porque son más aún. Más animales, pero más sobrenaturales. Como ver un ciervo místico. No sé qué coño tienen sus tobillos, sus hombros, la clavícula, pero me frustro porque no puedo hacerlo mío. Quiero tener su olor y su sabor para siempre.
Pienso en Leonie. Ella lleva pantalones apretados y zapatos inocentes. Marina tacones en los que se ven los empeines. Llenos de marcas y todas de carreras o borracherras. Es sencillamente tan joven y viva... es nervio puro. Leonie es el mar, el cielo, lo que no resalta y se esconde. No puede evitar recordar las veces que la aterrorizó.

Ella

Recordó que la inocencia se ha perdido y el lobo la introdujo en el mundo de la muerte y el arte. Ella no creía en misticismos pero esa mandíbula no era de este mundo y sus mordiscos contagiaban la velocidad.
Vivimos en un mundo donde esperas el tren, pero tú y yo vamos a hacerlo inverso: que el tren nos pierda a nosotros. Eso era jugar sucio, le respondió.
Pero él siempre jugaba sucio.

Ello

Marina esta noche tuvo sexo.
Lobo sangró los nudillos.
La leona tuvo su primer orgasmo.


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